Ungar candidata

Virginia Ungar candidata a presidente electo ipa 2017

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Es un gran honor y una gran responsabilidad para nosotros haber sido nominados para ocupar los cargos de presidente y vice-presidente de la API.  Queremos presentar aquí las ideas centrales sobre los temas que consideramos necesario trabajar durante nuestro mandato.

El lugar del psicoanálisis, en especial su práctica, afronta tiempos de cambios profundos en la cultura que hacen necesaria una posición de escucha, de reflexión y de toma de decisiones que tengan en cuenta las particularidades de cada contexto donde se realiza.

Enfrentamos el desafío de continuar sosteniendo la convicción de que el método que aplicamos y la teoría de la que somos de alguna manera responsables, constituye una profunda concepción de la esencia de nuestra “humanidad”, basados en la noción del Inconciente.

Para comenzar, pensamos que es necesario un fluido intercambio, un diálogo abierto, constante y horizontal que asegure el funcionamiento democrático de nuestra institución.

Por otra parte, consideramos indispensable sostener intercambios y diálogos permanentes con otras disciplinas tales como la neurobiología, sociología, antropología, filosofía, entre otras.

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Sobre esta base nos proponemos:

1- Intentar, dentro de lo posible, establecer continuidad con las gestiones anteriores: es importante dar tiempo suficiente a que las iniciativas  de una gestión puedan desarrollarse, probarse y sostenerse para poder producir resultados y que estos sean evaluados. Iniciativas como el DPPT de Widlocher,  CAPSA de Eizirik, el Clinical Observation de Hanly, o el E-Journal de Bolognini son algunos ejemplos.

2- Profundizar la relación y el intercambio con las organizaciones regionales para sumar esfuerzos en los variados ámbitos de intereses comunes y aumentar los programas de intercambio clínico/teórico/institucional/investigación, para que los colegas de diferentes partes del mundo puedan escucharse entre sí, conocer las dificultades que encuentran y los recursos que utilizan, para poder aprender de los mismos y sumar esfuerzos.

3- Enfrentar el proceso de ‘envejecimiento’ creciente de la población de API en sus varias dimensiones apuntando, por una parte a que la formación analítica sea una opción interesante para los jóvenes profesionales, y por otro lado investigando y trabajando en profundidad sobre la cuestión del desbalance negativo entre los miembros que se incorporan a la API y los que dejan la membresía por diferentes razones.

4- Como lo adelantamos, estamos convencidos de que el psicoanálisis es un tratamiento que  propone una profunda búsqueda de lo esencial de cada ser humano, además de ser un método altamente eficaz para tratar el sufrimiento mental. Por otra parte, desde que nació con Freud, ha generado efectos  de inigualable magnitud en la cultura, a nivel de la educación, la crianza, la filosofía, la lingüística y las ciencias sociales, entre otros.

¿Qué estrategias se pueden utilizar para transmitir la pasión por nuestra labor de manera que resulte invitante para un joven profesional?

Pensamos que hay que retomar y  renovar el espíritu de los grandes maestros que asombraron al mundo en su momento con ideas revolucionarias tales como la noción de que hay un área de la mente que permanece inaccesible a nosotros mismos, que determina conductas que se nos imponen, que la sexualidad –en el sentido amplio que también incorporó nuestra disciplina– está en la base de nuestros desarrollos, conflictos, habilidades e inhibiciones y que está presente en los niños desde la más tierna edad.

5- Se suele escuchar que existe la opción institucional de desarrollarnos hacia adentro o de crecer hacia afuera, expandiendo nuestra área de influencia. Nosotros pensamos que esta tarea de reflexión y cuestionamiento debe tener lugar simultáneamente en ambos sentidos.

En primer lugar, debemos  pensar hacia adentro de la API sobre cuestiones tan centrales como nuestra propia resistencia hacia los cambios y las novedades y también y fundamentalmente, a lo medular del psicoanálisis: cuestionar lo establecido. Es necesario reconocerlo, hablarlo, intercambiar, investigar y escribir sobre el tema.

Esto es algo que muchas veces queda oculto y desplazado hacia peleas internas entre distintas escuelas o rencillas no explícitas por el poder, hacia conflictos entre instituciones locales y regionales, y también hacia la relación personal de cada miembro con la API.

En este sentido continuaríamos y profundizaríamos una iniciativa del actual presidente Stefano Bolognini para trabajar con los analistas y los colegas en formación sobre su relación con la institución desde la época de la formación.

Pensamos también que en muchos lugares, luego de una época floreciente del Psicoanálisis, hemos descuidado espacios, como la Universidad y la Salud Pública. Con el fin de recuperarlos, estamos a favor de salir, tanto como podamos,  de nuestros consultorios, Sociedades e Institutos, para trabajar y mostrar cómo pensamos los analistas en los lugares en que hacen su tarea cotidiana los jóvenes profesionales: servicios hospitalarios,  centros comunitarios de atención en salud mental y otros dispositivos en la forma que tengan en cada lugar y cada cultura. Un psicoanalista bien formado va a poder hacer “el máximo de psicoanálisis posible” tanto en su consultorio como en ‘settings’ muy diferentes.

6- Siguiendo con el tema de la formación analítica, continuaremos trabajando sobre los criterios de la formación analítica, profundizando y vitalizando los modelos existentes, con un énfasis en la práctica clínica teniendo siempre en cuenta las diferencias de acuerdo a cada país y cada región en que se practica el psicoanálisis, lo cual no significa dejar de lado los requisitos de excelencia en la formación. En este aspecto, el trabajo conjunto y activo con IPSO y con los analistas en formación es fundamental por su aporte de ideas nuevas y de su experiencia de la  realidad cotidiana de la práctica, factores que, de ser tenidos en cuenta,  estimulan el crecimiento y la vitalidad del psicoanálisis.
7- Otra tarea de suma importancia es la de contribuir al desarrollo y expansión del psicoanálisis tanto en los lugares  del mundo a los que la API ha llegado como en   los que aún no lo ha hecho. Hay hoy un gran número de colegas trabajando para los Nuevos Grupos, hay dos institutos regionales en funcionamiento, todos aprendiendo de sus experiencias, compartiéndolas, enfrentando dificultades.

En nuestro mundo actual globalizado no se trata sólo de “llevar” conocimientos, sino de algo mucho más complejo tal como promover una fertilización cruzada con el contacto con diferentes culturas y modos de pensar.

8- La API, si bien es una Asociación de miembros,  necesita  tener una relación más próxima con las Sociedades y operar como órgano de consulta frente a cada situación problemática que se presente en cada lugar. Esta consulta y la acción solicitada tienen que poder llevarse adelante con rapidez y eficiencia. Reiteramos, como analistas acostumbrados a pensar y trabajar con singularidades, que no podemos dejar de tomar en cuenta el contexto de cada lugar en que se presentan situaciones conflictivas, y debemos estar dispuestos a ofrecer la ayuda necesaria.

9- Se impone mejorar aún más la comunicación con el afuera y sobre todo, entre los miembros. Se percibe entre los miembros de  distintos lugares del mundo, una sensación común de falta de información acerca de lo que ocurre a nivel internacional. La pregunta “¿Qué es lo que me ofrece la API?” no tiene una respuesta clara. Hay que estudiar este tema e implementar medios para poder dar esa respuesta, usando los medios tecnológicos que ofrecen eficaz y amplia conexión.

10- Ambos somos analistas de Niños y Adolescentes y tenemos una mirada hacia ciertos campos (Educación, Pediatría, Puericultura, Justicia, Arte, Filosofía, etc.) en los que la  influencia del psicoanálisis ha sido enorme. La  API puede funcionar como un polo donde se intercambien las experiencias locales exitosas. Pensamos promover el diálogo y posibles acciones conjuntas con Asociaciones Humanitarias.

11- Queremos trabajar muy cerca del Tesorero para encontrar formas de mejorar siempre el manejo de nuestras finanzas. Esto incluye apoyar iniciativas de búsqueda de nuevos aportes financieros y además tener en cuenta las situaciones locales de cada Organización Componente

12- Estar atentos al trabajo hecho por cada comité de la API, favorecer su integración y eficiencia y comunicar sus resultados a toda la membresía. De ser posible, la unificación de algunos comités permitiría reducir su número, lo que agilizaría su funcionamiento y reduciría los costos

13- Apoyar las iniciativas de grupos clínicos como las ‘Working Parties’ y los ‘Working Groups’, así como las nuevas propuestas que puedan surgir en ese ámbito.

14- Continuar apoyando los programas de eventos teóricos y clínicos inter-regionales, que ya tienen el soporte de la API.

15- Apoyar las publicaciones científicas que promueven el psicoanálisis, como, por ejemplo, las nuevas iniciativas de bibliotecas virtuales, e-Journal, etc.

16- Continuar con el apoyo y el soporte financiero a proyectos de investigación sistemática, lo que permite un  diálogo con el mundo académico, sosteniendo así puentes con profesionales jóvenes que pueden interesarse por el  psicoanálisis. Es importante solicitar a los responsables de proyectos que reporten sus resultados para que sean accesibles a la membrecía.

17- Nuestra intención será la de trabajar de manera muy cercana a la Junta de Representantes para continuar con la forma democrática y deliberativa con que la API ha sido gobernada en los últimos años.